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54 – La radio está muy buena

Publicado el 28 de enero de 2021

Bueno, vamos a tener que hablar de varias cosas, así que mejor ordenémonos un poco.

Empecemos por Clint Eastwood.

No tengo idea que pensarás de él a esta altura, ni si sus útimas ¿diez? ¿quince? películas o sus declaraciones públicas te hicieron cambiar de opinión, pero la historia de hoy es de mucho antes.

Eastwood, por si hace falta explicarlo, era un actor que había pegado un grado de popularidad enorme haciendo westerns para la televisión. Cuero crudo (Rawhide, 1959) había sido un éxito, pero en esa época “ser de la tele” no significaba pasar a “ser de cine” inmediatamente y Clint tenía solo papeles menores en películas de bajo presupuesto.

Esto, por supuesto no pasaba en otros sectores del globo, y en Italia “el de Cuero crudo” era mucho más apetecible. Así fue como Eastwood viajó allá para hacer las trilogía de los dólares junto a Sergio Leone y el resto es historia.

Para principios de los años setenta había vuelto a Estados Unidos a con la fama de “hombre rudo” que se necesitaba para protagonizar algo en una época llena de Steve Mc Queens.

(Steve Mc Queen el de Bullit (1968), no el de 12 años de esclavitud (12 years a slave, 2013) claro.)

Bueno, más o menos entendido Eastwood, pasemos a “Hollywood en esa época”

Ya lo conté miles de veces y quizás si las juntás todas, medio que se te arma una historia del New Hollywood en la que algún día debería profundizar, pero establezcamos que los grandes estudios, cansados de meterse películas carísimas y para nadie en el culo, estaban empezando a seguir los preceptos de las pequeñas compañías. como American International Pictures y buscando gente que quisiera dirigir por cercano a cero películas un poco más “riesgosas.”

Sí, el “riesgosas” va entrecomillado porque tampoco es que ponían tanta guita por película como para estar asumiendo un riesgo real.

Los cambios de público, la aparición de movimientos contraculturales y cierta negatividad general hacían que el tono del “entretenimiento” haya virado bastante en los últimos cuatro o cinco años.

Este contexto favoreció a que, si mirás las películas que se hicieron por aquel entonces, probablemente encuentres debuts muy baratos de directores que iban a ser enormes, máxime teniendo en cuenta que se respiraba por aquel entonces una teoría del autor relativamente bien entendida, con productores dispuestos a poner (un poquito de) guita en algo un poco más riesgoso y hacerse los laissez faire.

El camino que habían empezados los indies y poco prestigiosos, pronto fue tomado por Paramount, Warner y los demás. Universal, quizás una de los menos participativos, también quería ser parte del club.

Así fue como en 1971, con un Clint Eastwood que venía de protagonizar El engaño (The Beguiled, 1971) de Don Siegel no les pareció una mala idea aceptar su propuesta de dirigir una película por un presupuesto mediano.

Mediano siendo muy generosos.

Bueno, la cosa había empezado un poco antes, con Eastwood haciéndose amigo de Jo Heims (Joanne, realmente, pero en esa época mejor parecer hombre en los títulos si querías figurar) que le contó un idea que había tenido, que terminó siendo la película que Eastwood y su representante habían ido a pitchear con Universal.

Por si todavía no la adivinaste, la películas era Avengers: EndgamNO, MENTIRA, QUEDATE LEYENDO NO TE BANCÁS UNA JODA: era Obsesión mortal (Play Misty for Me, 1971).

Y cuando digo “no les pareció una mala idea” un par de párrafos atrás, en realidad quiero decir “le ofrecieron el contrato más leonino de todos los tiempos a cambio de financiarle la película”. Cuenta la leyenda que cuando salieron de la reunión Lew Wasserman, ejecutivo de Universal por aquel entonces, volvió a llamar solo al representante de Eastwood y le dijo que aceptaba hacer la película a cambio de una rebaja considerable en el salario del actor / prontamente director por esa y tres películas más. Eastwood aceptó trabajar por un porcentaje de las ganancias. Spoiler alert: fueron un montón.

Esto iba a marcar también un breve período en la carrera de Eastwood trabajando para Universal, desarrollando el resto de su carrera en Warner, más específicamente a partir de El fugitivo Josey Wales (The Outlaw Josey Wales, 1976), su quinta película, pero no nos desviemos.

Por extraño que suene en una filmografía posterior tapizada de policiales y westerns (y en el último tiempo, películas de “señor le grita a una nube que quizás no sea la hube a la que hay que gritar”) su primera película fue cualquier cosa menos eso.

Juguemos a que no sabés nada de Obsesión mortal, pero leés seguido estos envíos: ¿cuál es el género que elegían generalmente los directores nóveles que querían abrirse camino en Hollywood? Y ya que estamos ¿cuál es el género que primero se olvidan de mencionar los críticos de cine? Correcto.

Obsesión mortal no era otra cosa que un thriller y, si la querés extremar un poco, una película de terror sobre gente desequilibrada.

Eastwood había pensado el protagónico para Steve McQueen, pero éste declinó la invitación argumentando que en guion “la mujer es más fuerte que el hombre”: la frágil masculinidad de los duros.

(Steve Mc Queen el de Bullit (1968), no el de 12 años de esclavitud (12 years a slave, 2013) claro.)

Decidió tomar él el protagónico y castear a Jessica Walter (sí, la de Arrested Development) desoyendo los consejos del estudio, que le pedía que considerara a Lee Remick. Lo bien que hizo. No por Remick, pobre, que no me hizo nada, pero sí por lo que termnó haciendo Walter.

Para vos que ya la tenías vista o que la viste recién (no importa, realmente: no se “llega tarde” a las películas, sobre todo si son de antes de que nacieras): Obsesión mortal es la historia de un conductor de radio (o deejay, como le gusta decir a los yanquis) que tiene una fanática un poco intensa.

Y por un poco intensa digo: lo llama todas las noches pidiéndole que pase una misma canción. La cosa escala y no va que este tiene una noche de romance. Para qué.

(Bienvenido a “Explicando líneas argumentales como si contaras una anécdota” un nuevo feature de Míralos Morir 2021.)

Quizás si no la viste, estaría bueno que acá dejes de leer, la busques (está en Incas y Torrent en una calidad preciosa) y vuelvas para no arruinarte nada.

Bueno, ahora que estamos todos en la misma página: Obsesión mortal inaugura un subgénero que nos iba a dar buenas, malas y en el medio. El de la mujer obsesionada.

Sí, había habido películas de mujeres obsesionadas antes, más vale: si no nos vamos a poner preciosistas, hasta es una vuelta de tuerca sobre la femme fatale del film noir, pero a partir de acá la cosa se hizo más evidente.

Tan evidente, que podríamos decir que Obesesión mortal es uno de los primeros high concepts de la era moderna.

Por si te perdiste el de Duro de matar: un high concept es una idea fímica que se puede usar hasta la estupidez generando nuevas películas sobre la misma premisa.

Porque, algunos años después, la idea de “mujer obsesionada” se iba a volver moneda corriente en la cartelera que coraba tickets: con películas geniales que merecerían ser mejor tratadas como Atracción fatal (Fatal Attraction, 1987) de Andrian Lyne, cosas que están bien como están como Mujer soltera busca (Single White Female, 1991) de Barbet Schroeder o la versión filmica de juntar caca de la vereda como Fijación (Swimfan, 2002) de John Polson.

Sería interesante pensar en Obsesión mortal como la madre de todas ellas, por más que las hijas le hayan salido tan desparejas. También sería interesante pensar que la idea detrás de todo esto vino de una mujer, a pesar de que se pasen incontables tests de Bechdel sobre el subgénero en la actualidad.

También sería interesante que nos demos cuenta que no hubiera habido Miserys, ni Rebeccas de Mornay en La mano que mece la cuna (The Hand that Rocks the Cradle, 1992), ni Sharon Stones en Bajos instintos (Basic Instinct, 1992), ni mucho menos un personaje como el Robert De Niro en El rey de la comedia (The King of Comedy, 1982). Nada de esto hubiera sido posible si no hubiese existido el de Jessica Walter en esta película que Eastwood filmó casi de casualidad y prácticamente gratis.

¿Envejeció bien Obsesión mortal? No sé, decime vos. ¿Envejeció bien la carrera de Eastwood? En el último tiempo se ha vuelto una piñata muy fácil de golpear con un palo y los ojos vendados.

Lo que es realmente importante de todo esto es que siempre deberíamos tratar de hacer el ejercicio y darnos cuenta de que las películas son consecuencias de otras películas.

Nada aparece porque sí y funda el cine nuevamente. Esto último va sobre todo para lxs que vieron Joker (2019) y descubrieron que las películas podían tener sombras.

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