Skip to content

5 – Veteranos de Vietnam, jefes de campaña, niños asesinos y una película que no vas a ver en tu vida

Publicado el 20 de febrero de 2020

Dos nuevas

Una de las que apareció por ahí esta semana es VFW (2019), la esperada nueva película de Joe Begos. Cuando digo esperada digo: por los que amamos su segunda y tercera película: The Mind’s Eye (2015) y Bliss (2019).

Esta es, una vez más, un paseo por las influencias que Begos parece querer dejar claras con su cine: el Cronenberg de Scanners (1981) en la segunda, algo de Suspiria (1977) de Argento en la tercera y, definitivamente, mucho del Carpenter de Asalto a la prisión 13 (1976) en esta cuarta.

(Me debo la primera, Almost Human (2013), seguramente me ponga al día en breve)

En este caso, estamos en un futuro cercano y distópico, donde la adicción a una extraña droga es tan grande que ya generó una suerte de holocausto zombie.

Yada yada yada y un grupo de veteranos de Vietnam que se reúnen religiosamente en un bar van a terminar sitiados por unos malos bien malos y deberán volver a “la guerra” para poder salir con vida.

Como las anteriores de Begos (si no las viste, corré a verlas) es lo suficientemente sangrienta como para no poner en evidencia que el presupuesto no es muy alto y lo suficientemente estilizada, con una banda sonora de Steve Moore a la cabeza, como para ponernos en esa época del cine que muchos queremos que vuelva.

Si te gustan las películas de “un grupo de personas aguanta un determinado tiempo en un lugar para salir con vida”, te acabo de solucionar el fin de semana.

En una de esas te vendí muy barato la premisa en el párrafo anterior: agregale “…se quedan sin balas y tienen que armar sus propias formas de defenderse medio Mi pobre angelito pero súper sangrienta” y capaz que ahí le hago un poco más de justicia.

Una picaresca: tiene una hermosa actuación de Fred Williamson, estrella del blaxploitation de los setenta, con joyas como Black Caesar (1973) o Hell Up in Harlem (1973), pero eso capaz solo me importa a mí.

No es sin una incomprensible controversia que llega a los habituales sitios de por ahíAmerican Dharma (2019), la nueva película de Errol Morris.

Para los que no sepan quién es Morris, va un resumen: el mejor y más interesante director de documentales de los últimos ¿treinta? años.

O, si querés un poco más de profundidad: el que ganó el Oscar hace varios años por The Fog of War (2003), donde Robert McNamara, secretario de defensa yanqui durante el gobierno de Kennedy y la guerra de Vietnem confiesa todas sus tropelías como si no tuviera varias cámaras apuntándole.

Un Oscar que resultó cero sorpresa para los seguidores de la obra de Morris, que con su primera película The Thin Blue Line (1988) había logrado salvar de la pena de muerte a un encarcelado injustamente.

Si bien la obra de Morris es variada y va desde adaptaciones de A Brief History of Time (1991) de Stephen Hawkins a Tabloid (2010) la escandalosa historia documental de una mujer que raptó a un mormón y lo hizo tener sexo hasta perder la fe.

Desde hace ya por lo menos 20 años, independientemente de la historia que esté contado, Morris se concentró en hacer pleículas sobre un personaje puntual que, sin censura alguna, nos cuenta su verdad.

La verdad de Robert McNamara, la verdad de Donald Rumsfeld en The Unknown Known (2013) y hasta la verdad de Fred A. Leuchter Jr., un tipo que era el responsable de arreglar sillas eléctricas en varios estados de los Estados Unidos y terminó siendo un negacionista del Holocausto en Mr Death (1999).

¿Está de acuerdo Morris con todos ellos? Afirmar eso sería casi tan idiota como creer que Scorsese está de acuerdo con Travis Bickle en Taxi Driver (1976) o John Carpenter con Michael Myers en Noche de brujas (1978). Morris solo los deja hablar, que se metan en el berenjenal ellos solos y nunca se acerca a tirarles un salvavidas.

Toda esta intro era para decir que: American Dharma es un documental sobre la carrera de Steve Bannon. Quienes no lo conozcan: productor de algunos documentales escandalosos de alt right, el director del sitio Breitbart y, se supone, hombre en las sombras de los primeros dos años del gobierno de Trump.

¿Es interesante escucharlo hablar? Casi tanto como lo es escuchar a cualquier encantador de serpientes de su calaña. ¿Vamos a salir a decir que es un genio y votar a la derecha mañana mismo? Claro que no.

Por alguna razón, un sector de la prensa en Estados Unidos canceló a Bannon (entendible) y por caracter transitivo a la película (¡momento!) y a Morris (¿¡qué!?) en el mismo acto.

La película tuvo un estreno mínimo y terminó muriendo en el circuito del VOD.

Va siendo hora de revisar las cosas que estamos cancelando a diestra y siniestra sin más argumentos que una nota en tal o cual medio. Porque si pierde la variedad de películas, perdemos todos.

Un pensamiento posterior: cobra otro significado y sube mucho en la escala si viste las películas que se nombran y refieren a lo largo del documental. Te las dejo por si querés hacer el ejercicio: Pasión de los fuertes (John Ford, 1946), Almas en la hoguera (Henry King, 1949), Más corazón que odio (John Ford, 1956), El puente sobre el río Kwai (David Lean, 1957), Un tiro en la noche (John Ford, 1962) y Campanadas de medianoche (Orson Welles, 1965).

Una vieja

La vieja de esta semana es una de mis películas favoritas de todos los tiempos, porque tiene varias de las cosas que hacen para mí irresistible una película: es de los setenta, es europea pero medio trashy, tiene una línea argumental demente que no se podría ni pensar en filmar hoy y tiene uno de los mejores títulos de la historia del cine.

¿Quién puede matar a un niño? (1976) es una de las pocas películas que dirigió para cine Naciso “Chicho” Ibáñez Serrador, hijo de Narciso Ibáñez Menta.

Ibáñez Serrador tenía una enorme carrera dirigiendo telefilms, varios englobados bajo el paraguas del genial ciclo Historias para no dormir y, quizás un poco por herencia familiar, siempre se mantuvo dentro de los carriles del cine de género.

Estrenada con posterioridad a la caída del franquismo, la película cuenta la historia de un matrimonio de turistas ingleses que llegan a una isla paradisíaca en la costa española y no tarda en descubrir que no hay adultos a la vista.

Y si no hay adultos a la vista es porque los niños de esta isla los están matando uno a uno.  

¡Yaaaay!

¿Quién puede matar a un niño? es, posiblemente, una de las películas más tensas, oscuras y dementes que se hayan filmado jamás.

Y lo único que te separa de ella es buscarla por ahí y verla. ¿No es mágico el mundo en el que vivimos? 

Una más: se habla mucho de Obras maestras del terror (1960) como la única película buena que dirigió Enrique Carreras: esa suerte de adaptación vernácula de los cuentos de Poe, que respiraba Corman por todos lados. Cuenta la leyenda que “Chicho” acompañó a su padre Narciso en el rodaje y que terminó dirigiendo la película él y no Enrique. Viendo el salto de calidad notable que es Obra maestras… con respecto al resto de la filmografía de Carreras, I want to believe.

Un iniciador de conversación

¿Qué pasa si te digo que hay una película que se filmó y se guardó por presiones políticas?

¿Y que todo esto fue el año pasado? 

¿Y que no fue en Corea del Norte sino en Estados Unidos?

¿Y que no era una película política que desentrañaba los oscuros rincones de nada, sino una comedia de terror?

Ah, te re enganchaste.

El año pasado se pudo ver el trailer de The Hunt (2020), la nueva película de Craig Zobel, responsable de la genial Compliance (2012).

En una línea argumental que solo se podría definir como irreal y demente, un grupo de aparentes “demócratas” secuestra a un grupo de aparentes “republicanos” y los obliga a sobrevivir y pasar una serie de pruebas con consecuencias mortales.

“Pero eso es como Hard Target (1993), la de Van Damme” dirán los más despiertos.

Sí, y es también una adaptación de El juego más peligroso, un cuento de Richard Connell de los años 20 que fue adaptado al cine varias veces antes.

Pero entonces ¿por qué no puedo ver esta película? Porque Trump twiteó.

Y twiteó fuerte. Quizás confundiendo un poco la realidad y la ficción, le pareció que la película era “racista” con los republicanos, que no debería existir y varias cosas más.

Los productores, que treinta o cuarenta años atrás verían este escándalo como publicidad gratis y plata en el banco, decidieron dar de baja el proyecto que ya estaba filmado y posponerlo indefinidamente.

Nunca vamos a poder ver The Hunt

O íbamos, en realidad: esta semana, Jason Blum confirmó que se estrena en Estados Unidos el 13 de marzo sin modificaciones y que tiene este afiche precioso:

Si sobrevive al hype o no lo sabremos más temprano que tarde, pero: nunca dejes que una mala critica te arruine una buena anécdota.

Compartir