Edición 39

31 películas de terror
un poco más oscuras que
la media para ver
antes del 31

Por Santiago Calori

1. La isla de las almas perdidas (Island of Lost Souls, 1932)

La primera versión cinematográfica de La isla del Dr Moreau de H.G. Wells con Charles Laughton como el científico loco y un Bela Lugosi dando vueltas por ahí. Muy superior a la versión de Burt Lancaster y ni hablar de la de Marlon Brando y «el enano de Susana», de la que ya hablé en alguna ocasión.

 

2. El gato negro (The Black Cat, 1934)

Una pareja de vacaciones por Europa termina atrapada en la casa de un cura muy, pero muy malo. Basada muy libremente en un cuento de Edgar Allan Poe (de hecho, casi que usaron el nombre nomás) y pionera de la música incidental en el cine. Dirigida por Edgar G Ulmer, que después iba a regalarnos maravillas como La isla de los pecadores (Isle of Forgotten Sins, 1943) o La mujer del otro (The Naked Dawn, 1955).

3. Abbott y Costello contra los fantasmas (Abbott and Costello Meet Frankenstein, 1948)

En realidad están también Drácula y el Hombre Lobo, además de Frankenstein. Una extraña comedia donde quieren revivir al monstruo del título con el cerebro del pobre Costello. Un extraño desprendimiento de los Universal Monsters que, ya para ese momento, tenían más olor a cajón que a fruta, casi tanto como Lon Chaney Jr y Bela Lugosi, que aceptaron hacerla, a diferencia de Boris Karloff, que solo les tiró una onda para el estreno. Una película que hoy, más de 70 años después, sigue joven y graciosa.

 

4. Las diabólicas (Diabolique, 1955)

Creo que ya hablé del cine de Henri-Georges Clouzot cuando hablé de William Castle, uno de sus más grandes fans. Si había algo que hacía bien Clouzot eran estas películas ocurísimas. A diferencia de El gato negroLas diabólicas no tiene música incidental a lo largo de todo su metraje, con excepción de los títulos. Una película que debería haber filmado Hitchcock, pero no pasó porque Clouzot le ganó de mano con la compra de los derechos.

 

5. La mala semilla (The Bad Seed, 1956)

Extraño film de horror de Mervyn LeRoy, director de estudio que, se dice, estuvo detrás de El mago de Oz (The Wizard of Oz, 1939) pero no tuvo el crédito. Una que Hitchcock descartó, que inaugura (no tengo pruebas, pero tampoco dudas) el subgénero «criatura siniestra.» Dormiste con esta, Alfred (?)

 

6. Una cita con el diablo (Night of the Demon, 1957)

Un investigador de lo paranormal llega a Londres para desacreditar a un líder de un culto. En la clásica estructura de cine de horror de «incrédulo termina creyendo», imaginate lo que termina pasando. Es del enorme Jacques Tourneur. Podría haber elegido cualquier otra de su filmografía: La marca de pantera (Cat People, 1942), Yo dormí con un fantasma (I Walked with a Zombie, 1943), El hombre leopardo (The Leopard Man, 1943)… bueno, te das una idea.

 

7. La máscara del demonio (La maschera del demonio, 1960)

Una bruja vuelve a la vida para poseer el cuerpo de una chica que se le parece bastante. El primer Bava como director acreditado, que veía de ser director de fotografía en varias y se largaba a dirigir, con una de época y en blanco y negro. Obvio que va a haber otro Bava en la lista ¿qué te creés? ¿que no animo?

 

8. La máscara de la muerte roja (The Masque of the Red Death, 1964)

Roger Corman filmó en pocos años (algo que, viniendo de él, soprende que no sea «en pocos días») una serie de adaptaciones de Edgar Allan Poe (eran baratos los derechos) en sets de época que habían quedado de otras películas. El resultado es lo mejor de su filmografía. Como con Tourneur: podría haber sido esta, como podría haber sido La pavorosa casa Usher (House of Usher, 1960), La fosa y el péndulo (The Pit and the Pendulum, 1961), El cuervo (The Raven, 1963), o cualquiera de las otras.

 

9. Drácula, el príncipe de las tinieblas (Dracula: Prince of Darkness, 1966)

Cuando empecé a armar esta lista, tenía más películas de la Hammer de las que terminaron sobreviviendo. O mejor dicho, quedó esta de testimonio de ese horror más gótico e inglés. ¡Los colores! ¡Christopher Lee! ¡Terence Fisher! ¡Uno de los mejores directores del siglo veinte que poca gente se anima a poner cuando se pone a hacer listas! Si nunca habías visto una de la Hammer y te gustó esta, seguí por ese camino y encontrate con un mundo de satisfacciones.

 

10. Cuando arden las brujas (Witchfinder General, 1968)

Un cazador de brujas anda suelto y un joven va a hacer todo lo posible por detenerlo. Sí, está Vincent Price. Michael Reeves, el director de esta maravilla, murió muy poco después de estrenarla a los 25 años de una sobredosis accidental mientars se preparaba para dirigir La caja siniestra (The Oblong Box, 1969) que terminó dirigiendo Gordon Hessler. Como todos los que murieron muy pronto, nos dejó con la duda de cómo seguiría una carrera que había empezado tan arriba.

 

11. La residencia (1969)

Narciso «Chicho» Ibáñez Serrador fue el hijo de Narciso Ibañez Menta. Pero, lejos de ser un «hijo de», construyó una carrera dirigiendo cosas de género para televisión y (un poco para) cine. Una de las «de cine» es esta que, junto con la monumental ¿Quién puede matar a un niño? (1976) nos hace pensar por qué no hizo más cosas para la pantalla grande. Un internado de señoritas en el siglo 19 y una serie de extrañas desapariciones. ¿No te gustaba el eurohorror? Pensalo de nuevo.

 

12. Asustemos a Jessica hasta morir (Let’s Scare Jessica to Death, 1971)

Una mujer con problemas psiquiátricos se muda a una granja y empieza a flashar que pasan cosas. ¿Pasan? ¿No pasan? ¿Se lo están haciendo creer? Esta película no está acá porque sea una obra maestra. Esta película está acá para demostrar que, en los setenta, hasta una película de terror «cumplidora» era mucho mejor que el promedio actual.

13. La noche de Walpurgis (1971)

Y cómo no poner una del querido León Klimovsky, director argentino que, tras haber trabajado en el sistema de estudios local, se fue a filmar a Europa donde hizo gran parte de su carrera. Unas amigas buscan la tumba de una condesa y… bueno, obvio: pasan cosas. Incluye a Paul Naschy («el Lon Chaney español») en el inolvidable papel de Waldemar Daninsky. Probablemente sea una de las que más me agradezcas en toda la lista.

 

14. Bahía de Sangre (Ecologia del delitto, 1971)

Mirá si iba a poner un solo Mario Bava. Mirá si no iba a poner una ¡en colores! Porque las películas de Bava no son en colores: son ¡en colores! Mirá si no iba a poner esta, que se la considera como la madre del slasher que llegó a Estados Unidos casi diez años después. En una movida muy William Castle, los que te vendían las entradas en el cine estaban obligados a advertirte que te podías morir de miedo viéndola.

 

15. Pánico a medianoche (The Last House on the Left, 1972)

La primera película de Wes Craven es, extrañamente, una película de horror para nada sobrenatural. Sí, es una película de «violación y venganza». Sí, es muy difícil de tragar. Sí: en realidad estaba hablando del Estados Unidos de esa época, de la guerra de Vietman y de miles de cosas más, pero andá a hacérselo entender a los que fruncen el señor cuando dicen «película de terror.»

 

16. Muerte en la línea (Raw Meat, 1972)

Extraña película inglesa de terror en los túneles del subte. Sí, puede que ahora no suene como algo tan revolucionario, pero lo mejor que podemos hacer con estas cosas es ponerlas en contexto. Su director, Gary Sherman, dirigió mucha televisión y pocas películas. Entre las pocas que filmó está Poltergeist III (Poltergeist III, 1988), una de las más malditas de todos los tiempos.

 

17. Los mellizos del terror (The Other, 1972)

Siempre fui muy fan de las películas del «mellizo malo». De todas las películas del «mellizo malo» esta es, probablemente, la mejor del lote. Sí, una película de terror de Robert Mulligan, el director de Matar a un ruiseñor (To Kill a Mockingbird, 1962) y la película que hizo inmediatamente después de Verano de 42 (Summer of ’42, 1971) si querés hablar del «amplio espectro»

 

18. Venecia rojo shocking (Don’t Look Now, 1973)

Decir que esta no es una de las mejores películas de todos los tiempos es faltar a la verdad. Decir que no es una película que Hitchock debería haber dirigido, también. No hablar bien de Nicholas Roeg más seguido debería estar penado por la ley. Unos padres que perdieron a su hija trágicamente cruzan su camino con una medium que les envía un mensaje del más allá. Es Hitchcock, es Argento, es hermosa. No sé qué hacer para que, si no la viste, vayas ahora mismo a verla.

 

19. El monstruo está vivo (It’s Alive, 1974)

¿Y vos te creés que te iba a dejar ir sin una de Larry Cohen? ¿Por quién me tomaste? Una de «nace bebé y se desata el quinto infierno» que, a diferencia de otras películas con similares características de la época, tiene un sentido del humor a prueba de todo. Sentido del humor que Cohen iba a explotar en sus aventuras posteriores como La sustancia maldita (The Stuff, 1985) o La ambulancia (The Ambulance, 1990)

20. Terror al anochecer (The Town That Dreaded Sundown, 1976)

Una de mis favoritas de la vida. Un asesino con una máscara de tela aterra a un pueblo perdido en el medio de la nada cada vez que baja el sol. Basada en la historia real del Phantom Killer de mediados de los años 40, la película intenta ser una especie de «documental de género». Tiene una remake del 2014 que mejor perderla que encontrarla.

 

21. Centinela de los malditos (The Sentinel, 1977)

Una de casas embrujadas que, en realidad, es una de departamentos embrujados. La iba a dirigir Don Siegel, pero dijo que no le gustaban las películas de terror. La terminó dirigiendo Michael Winner, que venia de hacer El vengador anónimo (Death Wish, 1974) con Charles Bronson. Si querés leer de «películas malditas» buscá más sobre esta que, si bien no tuvo problemas sobrenaturales, tuvo más quilombos que los Perez García.

 

22. Mutantes criminales (Shock Waves, 1977)

Un grupo de personas llega a una isla, donde se encuentra con un jerarca nazi y un ejército de zombies. Momento: ¿qué? ¿Dead Snow (Død snø, 2009) no era una idea original? Mejor que te enteres por mí que que te andes enterando por ahí: tenés que ser fuerte.

 

23. Una mujer poseída (Possession, 1981)

Ya hablé en alguna de las primeras ediciones de este newsletter sobre Una mujer poseída. Me parece que vale la pena repetirlo por aquello de que «el público se renueva.» Una película europea que se sale de todas las normas posibles. Empieza como algo que no termina siendo nunca. Porque lo que termina siendo es mucho mejor, y desafía hasta a los fanáticos del body horror más extremo. Si nunca lo intentaste, hacete el favor ya mismo.

 

24. Los sentenciados (The Burning, 1981)

En la ola del slasher, donde todos querían hacer una Martes 13 (Friday the 13th, 1980) y pasar a cobrar por ventanilla, hubo de todo. Entre ese «de todo» está Los sentenciados, una película parca, seria, con cara de culo que está por encima de la norma de la época. Una de las únicas dos películas de Harvey Weinstein como guionista… ¿cancelada?

 

25. Carnaval del terror (The Funhouse, 1981)

Mucha tierra se ha tirado encima del bueno de Tobe Hooper con Poltergeist (1982) y el misterio de si la dirigió o no. Creer que Poltergeist es una película de Spielberg es quedarse en la forma, el suburbio y los nenes. Para entender por qué claramente es una película de Hooper, quizás lo mejor sea revisar Carnaval del terror, que dirigió justo antes y donde da acabadas muestras del storyteller que era.

26. Demonios (Dèmoni, 1985)

Un grupo de espectadores son invitados a una avant premiere de una película. No tardan en descubrir que están siendo atacados por un grupo de demonios. De Lamberto Bava, el hijo de Mario que, digamos todo, nunca tuvo carrerón. Se salva esta, que es pop y tiene unos colores hermosos. Coescrita por Dario Argento, alguien que tampoco se caracterizó nunca por sus líneas narrativas comprensibles.

 

27. Nómades (Nomads, 1986)

Un antropólogo empieza a investigar a un grupo que anda dando vueltas con una camioneta y que parece amenazante. Decime que nunca la viste, porque te acabás de ganar la lotería. La primera película de John McTiernan, antes de Depredador (Predator, 1987) y Duro de matar (Die Hard, 1988), algo que solo se podría definir como «una buena racha.»

 

28. Cuando cae la oscuridad (Near Dark, 1987)

Una extraña (y bastante ochentosa) película de vampiros rurales que bien podría considerarse madre de la estética Breaking Bad que tanto se le ponderó a la serie. De Kathryn Bigelow. Sí, la de Punto límite (Point Break, 1991) y la primera mujer en ganar el Oscar a mejor directora por Vivir al límite (The Hurt Locker, 2008).

 

29. La secta (The Believers, 1987)

Un psiquiatra descubre que un oscuro culto tiene interés en su hijo para un sacrificio ritual. Me está fallando la memoria, pero vi varias cosas calcadas en una película de terror reciente que, obviamente, no era una remake. Del enorme John Schlesinger, que nos dio Perdidos en la noche (Midnight Cowboy, 1969) y Maratón de la muerte (Marathon Man, 1976)

 

30. Dos hermanas (Janghwa, Hongryeon, 2003)

Había que poner una asiática en la lista, por qué no poner la más viciosa de las películas coreanas de la historia reciente. Dos hermanas vuelven de una internación psiquiátrica a su casa y las cosas no tardan en complicarse. De Jee-woon Kim, responsable de esa otra maravilla llamada I Saw the Devil (2010), seguramente la encuentres por ahí como A Tale of Two Sisters. Espero que estés preparadx.

 

31. La casa del demonio (The House of the Devil, 2009)

¿Ya hablé bien de Ti West en múltiples ocasiones? Puede que sí. Me parece que es uno de esos nombres que, a medida que pasan los años, sigue entregándonos cosas que valen la pena, como The Innkeepers (2011) o The Sacrament (2013). Esta es la primera que vimos la mayoría, una historia de terror y cultos satánicos ambientada en los años ochenta, filmada como si fuera una película de esa época.

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