“¿Van a hacer auditoría en el INCAA?” pregunta Baby Etchecopar en plena campaña electoral a lo que Javier Milei responde “lo vamos a cerrar”. Hoy hace casi cinco meses que Milei es el Presidente de la Nación y está cumpliendo su promesa. “Cerrado por reorganización” El hecho de haber amanecido el lunes con la confirmación de un INCAA cerrado es solo una cuenta más del rosario de malas noticias que suelen llegar los viernes y asentarse luego de atravesar el fin de semana en incertidumbre. El 19 de abril por la noche los empleados del Instituto comenzaron a recibir de forma masiva una indicación directamente desde la presidencia del Organismo que les indicaba no presentarse a sus puestos de trabajo desde el 22 de abril. Y así fue, se confirmó y acá estamos intentando entender cómo, por qué y qué implica todo esto. La explicación rápida es que Carlos Pirovano propuso un nuevo organigrama para el funcionamiento del INCAA y que entonces debe cerrarlo temporalmente para adecuar todo en función de esos cambios. Pero para entender un poco más lo que sucede es importante generar una visión amplia del contexto, de los movimientos previos a esta semana y tener en cuenta que el objetivo macro del color político que hoy maneja nuestro destino es achicar el Estado a su mínima expresión de no poder prescindir por completo de su existencia. Las intenciones del actual gobierno sobre el INCAA aparecieron por primera vez en la Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos que todos conocimos como “Ley Ómnibus”. Ya ahí pudimos anticiparnos a las intenciones de modificar la Ley de Cine Nº 17.741. Algunos puntos que querían quitar de la órbita del INCAA eran por ejemplo la forma expresa de su función de proteger y fomentar espacios culturales dedicados a la exhibición, eliminar todo lo referido a una cuota de pantalla, eliminar el aporte correspondiente al impuesto que aporta ENACOM, y algunos cambios sustanciales en las condiciones que se debían cumplir para recibir un subsidio, como por ejemplo que sólo se pueda solicitar un subsidio cada dos años. En ese momento estaba en el centro de las miradas Leonardo Cifelli, secretario de Cultura dentro del Ministerio de Capital Humano. Cifelli no pudo explicar demasiado en los plenarios de comisiones pero sí nos dejó una afirmación que hoy se encuentra totalmente deformada: *“para el tema del INCAA vamos a hacer una auditoría a través de la AGN y les cuento, los fondos van a ir el 25% para el personal y el 75% para las producciones».* Esta idea de auditar los organismos públicos y estatales no es parte de un procedimiento de generar transparencia sino más bien se presenta como una embestida para demostrar que todo lo que suceda allí es turbio y corrupto, por ende cualquiera que se oponga a sus políticas está en contra de ser auditado y debe tener algo que esconder. Sin ir más lejos con la convocatoria a la marcha universitaria se dio el mismo discurso. Cuando se frustra este proyecto de ley, el Secretario de Cultura baja fuertemente el perfil y finalmente se nombra Carlos Luis Pirovano como presidente del INCAA. Pirovano en sus primeras reuniones afirma que el Gaumont, la ENERC, el Festival de Cine de Mar del Plata y Ventana Sur no entran dentro de lo que considera fomento. También se dijo que CINEAR PLAY y CINEAR TV iban a correr el mismo destino que los demás medios públicos (ya sabemos lo que pasó con Télam o la TV Pública). Esto se publicó en un comunicado de ATE-INCAA y luego otros representantes del sector pudieron repreguntar dando oportunidad a que Pirovano reelabore el discurso diciendo que “no era tan así” lo que había dicho. Pero más allá de lo dicho o desdicho lo concreto es que empezaron las maniobras utilizando las propias herramientas que da el organismo para modificar su estructura. La motosierra y licuadora se tradujeron en numerosas resoluciones que paralizan la actividad cinematográfica tal como la conocemos hoy. ¿Y ahora qué? En el camino de paralizar al INCAA podemos enumerar tres grandes resoluciones, cada una de ellas cubre sus decisiones bajo el gran manto de reducir el déficit y el famoso “no hay plata”. El primer gran paso fue la Resolución 16/2024 que enunció «resulta imprescindible adoptar medidas que permitan superar la situación de emergencia creada por las excepcionales condiciones económicas, actuar de manera urgente y hacer todos los esfuerzos necesarios para evitar mayores perjuicios económicos para el Organismo». Con esta excusa suspendieron todo aporte económico a provincias y a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, también suspendieron las colaboraciones para pasajes aéreos nacionales e internacionales a integrantes de producciones de películas y agentes de ventas en festivales y mercados, y los aportes a festivales y muestras de cine de todo el país. Esto último fue lo que alertó por la continuidad de los festivales de cine, en especial sobre el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, que actualmente se encuentra en un tironeo en el que nadie quiere afirmar que no se va a hacer pero tampoco resuelven de qué manera se va a financiar sin los aportes necesarios del INCAA, ni del municipio de Gral. Pueyrredón, recordemos que su intendente Guillermo Montenegro dijo que no puede sacarle dinero a los vecinos para hacerse y que él lo que desea es el Festival de Netflix. En materia laboral no prorrogaron ninguna de las contrataciones de locación de obra ni contratación de obra por especialidad (monotributistas) que venciera el 31 de marzo, además de suspender la asignación de servicios extraordinarios (horas extras) para todo el personal del Organismo. Luego salió la Resolución 27/2024, esta vez explicando que “en virtud del déficit presupuestario y financiero existente, y con el objetivo de retomar el equilibrio necesario para que este Instituto pueda financiarse con sus propios ingresos” se decidió suspender la recepción de todo tipo de proyectos que se realicen mediante el sistema de ventanilla contínua en los que se soliciten ayuda financiera. Y devolver los proyectos que ya habían sido presentados para su evaluación pero que no tengan una resolución emitida que los declare de interés y que aún no cuenten con comité asignado digital. Lisa y llanamente se para la producción y el aporte económico del INCAA para que se realicen proyectos. Esto afecta directamente a las producciones medianas y pequeñas que necesitan apoyo para completar sus películas y para las cuales el Instituto es una espalda al momento de estrenarse o de cara a festivales y mercados internacionales. Lo que no se dice en esta ecuación es que la lógica “si sos talentoso algún privado te va a financiar” no es lineal y que las cosas que dejan de hacerse en este circuito no pasan como por un tobogán directo al mercado 100% privado y todo es éxito, meritocracia y virtuosismo. Por ejemplo, las plataformas pararon sus producciones locales y sólo están completando las series y películas que se encuentran en un estado avanzado y así y todo con severos recortes. A series que fueron un éxito se les pide suprimir episodios para sus nuevas temporadas, todo lo que puede ser trasladado a Uruguay se traslada y todo lo que estaba por emerger se puso en stand by. Con suerte lo que se proyecta apunta al segundo semestre del año. La decisión aclara que se prolonga por noventa días pero no explica qué va a suceder después. No hay hasta el momento ninguna certeza de cuáles son los pasos a seguir y cuándo estaría garantizado que pueda volver a funcionar con normalidad. Por último -por ahora- este lunes 22 de abril, se publicó un nuevo organigrama en el Boletín Oficial. El nuevo esquema que impone la Resolución 62/2024 elimina 4 Gerencias, 6 subgerencias, 11 coordinaciones y 9 departamentos. Prescinde de las gerencias de Fomento, de Asuntos Institucionales, de Exhibición y Audiencias y de Fiscalización a la Actividad Audiovisual. Y el funcionamiento del instituto quedó reducido a cuatro áreas: Gerencia General, Gerencia de Asuntos Legales, Gerencia de Administración y Finanzas y Gerencia de Políticas Públicas. El comunicado de ATE-INCAA explica que la gerencia de Fomento sería reemplazada por una subgerencia de “Promoción” con dos objetivos declarados: concursos y créditos bancarizados. Mientras que la gerencia de Fiscalización – encargada de controlar el funcionamiento de la distribución y exhibición cinematográfica, garantizar la cuota de pantalla, la recaudación impositiva – se reduce a un departamento fusionando con la CAEC, que califica las películas exhibidas en el país, y sus funciones quedarían acotadas a la actualización del registro público de la actividad cinematográfica (RPACA). La red de Espacios INCAA se mantiene en una incógnita completando su semana de exhibición pero sin un rumbo claro de qué pasará después de este jueves. El Cine Gaumont es actualmente sede del Buenos Aires Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI) y si bien desde el comienzo se dijo que estaban garantizadas las proyecciones del festival en realidad abrió por decisión exclusiva de sus trabajadores. Antes de cada proyección se está leyendo un comunicado para que los espectadores se enteren de lo que está pasando. Por tiempo indeterminado Esta última publicación es la que explica que se paralice toda la actividad por tiempo indeterminado. En la búsqueda de calmar las aguas se aclara que esto es temporal y que debería revertirse en cualquier momento cuando se decida cómo se va a reubicar a los trabajadores según esta modificación estructural pero también se va a definir cuántos van a ser cesanteados. En los próximos días terminan los contratos de buena parte de los empleados del INCAA y, por este motivo, se aguardan novedades al respecto. Desde el comienzo se dijo que se iban a revisar a quienes están contratados bajo el artículo 9 y los últimos dos concursos de planta permanente en sintonía con todo lo que está pasando en otras dependencias del Estado. En lo inmediato, este tiempo de parálisis significa un impacto para la industria que deja de producir. Además un riesgo para el Festival de Cine de Mar del Plata que necesita tiempo para definir sus características y un destino incierto para las películas que tienen que estrenar y contaban con Espacios INCAA. A mediano y largo plazo la consecuencia para los espectadores es que notarán una merma de cine argentino en la cartelera. Si proyectamos este tipo de políticas públicas durante los cuatro años de gestión que le corresponden, estamos hablando de erradicar el cine argentino tal como lo conocemos y quedar al servicio, con suerte, de nuestro mainstream. El objetivo de recopilar algunos testimonios al comienzo del artículo es dar cuenta de lo cambiante del contexto. Para algunas personas es exagerado pensar que esto es el futuro del cine porque quizás en semanas se reestructura todo y entra en funcionamiento mientras que para otras el estado de alerta es máximo. Y frente a las acciones de Pirovano se mantienen mecanismos de protesta que no surten ningún efecto hasta el momento. Pensemos un segundo en las dinámicas de gestiones previas, a Luis Puenzo lo sacó del INCAA una manifestación que terminó con represión por parte de la Policía de la Ciudad, a Pablo Avelluto como Secretario de Cultura le molestaron los abucheos en Mar del Plata y censuró la posibilidad de que en la ceremonia de clausura los jurados y ganadores del festival puedan dar discursos… Esta incomodidad hoy no es parte de lo que constituye a un funcionario. No inquieta a este gobierno una carta abierta ni cientos de firmas de ciudadanos. No existe la vergüenza de que queden al descubierto intenciones de desguace y no se sienten en la obligación de dar la cara por una represión en la calle. No es la indignación colectiva lo que impide que avancen fuertemente con medidas rotundas. ¿Cómo será el cine en la etapa Milei? Es algo que está por verse y de lo que no tenemos punto cercano de comparación para siquiera imaginarlo. |