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21 – Una película hermosa

Publicado el 11 de junio de 2020

Una película hermosa

Este newsletter se ha quejado, a lo largo su joven historia, de múltiples cosas:

De la forma en la que el INCAA, teniendo relativamente aceitada la producción de películas y no la distribución y exhibición, manda a morir las películas en dos funciones diarias al Gomón (cuando está operativo)

De cómo una vez pasado ese tiempo de estreno, las películas entran en un limbo extrañísimo, donde solo un puñado se puede ver por Cinear, y las demás dependen un poco de la buena voluntad de quienes las hicieron para volverse conseguibles vía online.

De que a muchos directores que estrenan en el Gomón medio que les importa poco el estreno de su película ni si alguien las termina viendo, como si el ejercicio del cine se terminara con la película lista y no mucho más.

De cómo algunos directores decidieron “liberar” sus películas con motivo de la cuarentena, como si ese bien tan preciado que no pudo ver nadie ahora sí estaba autorizado a alcanzar al público.

Este newsletter también se sorprendió (para bien) de los números de ciertas películas en Cinear, tanto tele como plataforma con sus Jueves de estreno y la sección de estrenos absolutos respectivamente.

De golpe parece que hay un interés por ver películas argentinas, tanto gratis como a cambio de un pago casi simbólico y los números de algunos (en decenas de miles) hablan a las claras de que este debería ser el camino a seguir.

Independiente de cómo siga la cosa post pandemia, el escenario que tenemos es este: nunca el cine argentino estuvo más al alcance de todos.

Algunas semanas atrás peiné Cinear para los interesados. En el medio de la tarea, nombré muy por arriba un documental llamado Un sueño hermoso (2019).

La recomendé sin haberla visto, primero porque la app de Cinear para teles es la muerte, y cuando estás en la compu te olvidás y blah y porque varios colegas que respeto mucho habían hablado maravillas. Entre dejarla pasar por un tema de ego de “si yo no la vi, no digo nada” y correr la voz, me decidí por segundo.

Esta semana, quizás para contradecir mi postulado de “a muchos directores que estrenan en el Gomón medio que les importa poco el estreno de su película ni si alguien las termina viendo”, su director me contactó y me pasó un link para verla.

El newsletter de esta semana es sobre eso.

Un sueño hermoso es la tercera película de Tomás De Leone, después de la narrativa El aprendiz (2017) y el documental La muerte no duele (2017) y es un documental sobre películas, o sobre “cine que habla de cine”, o una bella historia de un personaje muy particular.

No sé qué tanto sabrás de la carrera de Maria Luisa Bemberg. Para hacerlo breve: era parte de esa familia patricia argentina y a una cierta edad decidió empezar a filmar películas. En el tiempo que le quedaba de vida filmó seis: Momentos (1980), Señora de nadie (1982), Camila (1984), Miss Mary (1986), Yo la peor de todas (1990) y De eso no se habla (1993).

Sus películas, de las que te pueden hablar mal o bien y no te estarían mintiendo, estaban algo adelantadas a su época: si bien eran dramones muchas veces de época, ponían a la mujer en un lugar empoderado al que que el cine actual recién se asoma.

Tengo algunos recuerdos de aquellos tiempos, sobre todo de la ultima parte de su filmografía: sus películas eran respetadas por una crítica un poco más berreta que la inteligencia y tomadas como burla por esta segunda.

Que Bemberg fuera de familia bien tampoco jugaba a favor: se solía ver a sus intentos (incluso cuando Camila compitió al Oscar por mejor película extranjera) como los caprichos de una señora con plata.

Nunca fui muy fan del producto final, pero sí de lo que significaba para el cine argentino. No olvidemos por aquel entonces había un puñado de películas argentinas por año y las que no denunciaban torpemente los años oscuros que habían quedado atrás, se dedicaban a poner en bolas a las estrellas de la tele.

Los años ochenta y la primera parte de los años noventa en el cine local fueron un años bastante infames. Era la época de, según Leandro Listorti el “cine marrón” y, según Rodrigo Moreno de “ruido a cubiertos” como único elemento de sonido además de los diálogos. Algún día me debería ocupar de esto, pero no será hoy.

Pero ¿por qué me colgué a hablar de eso y de María Luisa Bemberg? Porque Un sueño hermoso es un poco sobre ella. Pero un poco nada más.

Un sueño hermoso es sobre su última película, para la que vino a la Argentina nadie más ni nadie menos que Marcello Mastroianni.

Pero Mastroianni no era el protagonista: la protagonista era una actriz debutante sin ninguna experiencia en el cine. Su nombre era Alejandra Podestá y era de talla pequeña.

Basada de un cuento de Julio Llinás (padre, para los más nuevos, de Mariano Llinás, director de La flor (2018)), De eso no se habla contaba la historia del romance entre un hombre que llegaba del extranjero y una chica de talla pequeña en un pequeño pueblo. La película, te imaginarás, no fue del todo bien recibida y, quizás, al día de hoy, es un poco atravesada.

Un sueño hermoso es sobre Bemberg, sobre esa película, pero más que nada es sobre Alejandra. Sobre su subida la fama y su estrepitosa caída. Sobre el sueño de actuar con Mastroianni a la primera plana de las noticias policiales.

Sí, leíste bien. Si no sabés nada, no vayas a leer Wikipedia, andá a verla.

La película está a la altura de casi cualquier película sobre películas de esas que disfrutamos tanto, con todos los implicados hablando y muchas veces haciendo un esfuerzo muy grande por ser políticamente correctos con algunos términos, material de archivo y reenactments a la Errol Morris.

Logra meterte en tema incluso si no sabés nada de cine y te va hundiendo en un tuco que se va poniendo cada vez más espeso y caluroso.

Por último y no por eso menos importante: es una película que viene a romper dos prejuicios en simultáneo. Parece hecha a la medida de los que dicen no ver películas argentinas ni documentales: para que se eduquen y callen de una vez por todas.

Un sueño hermoso es, sin dudas, una de las películas más interesantes del año, y la podés ver por la módica suma de treinta pesos por unas pocas semanas más en Cinear. Y, si ya aprendiste la lección con otras que quisiste ver en su momento y después no encontraste nunca más, sabrás que la cosa es ahora o nunca.

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