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200 – Bulleados y venganzas

Publicado el 2 de abril de 2024

Quizás sea medio bobo, o mentiroso si se quiere, hablar de la “edición en Bluray 4K que salió de…” porque, la verdad, ningunx de nosotrxs, o por lo menos no en nuestra mayoría vamos a correr a comprarla.

Pero sí es cierto que esa edición posibilita que aparezca por ahí con mayor facilidad y la podamos ver (si nuestras teles o lo que sea que usemos para ver películas nos lo permiten) con una calidad preciosa.

Así que, usando eso de excusa, y habiendo revisto la película de la que voy a hablar en el último tiempo, quizás sea hora de hablar de esta.

“De cuál”

Bancá. Pero no va a ser tan fácil, porque hay un chiste que no recuerdo si expliqué que voy a tener que explicar.

Todo empieza en mis épocas de estudiante de cine, entre una variedad de “grandes grupos” dos grandes grupos: aquellos a los que De Palma les resultaba la verdad revelada y aquellos a los que nos parecía que estaba bien y le veíamos los hilos.

“Los hilos”, por favor, cerrando mucho los ojos y haciendo un esfuerzo.

Pero a veces ese esfuerzo valía la pena porque aquellos a los que De Palma les resultaba la verdad revelada eran muy cabrones y se enojaban mucho.

Ahí nació el running gag de De Palma. No lo odio, me gustan sus películas pero sus fans son muy calentones.

¿Me escuchaste decenas de veces haciendo chistes de De Palma? ¿Te enojaste? Bueno, era por eso.

“Vas a hablar de una de De Palma”

Bancá.

Porque vamos a tener que irnos a pasada la mitad de la década del setenta en Los Ángeles y, si éramos actores, había dos películas que se estaban casteando.

Dos películas que cambiaron la vida de sus protagonistas y que, en la época de los castings, era ir a probar suerte con una o con la otra.

Las películas eran La guerra de las galaxias (Star Wars, 1977) de George Lucas y Extraño presentimiento (Carrie, 1976) de Brian De Palma.

Mucho se ha especulado sobre el “qué hubiera pasado si…” los castings (que, por cierto, necesitaban actores y actrices de edades similares) se hubieran intercambiado, pero no es este el momento de castear una versión hipotética y Dark Knight de Las aventuras de Isidoro.

Bueh, te saco la duda por si no podés dormir: ese papel era para Santiago Bal, pero ese barco ya partió. Decía—
Buena parte de las jóvenes promesas de época o terminaron en la de Lucas o terminaron en la de De Palma. Sí, vengo a hablar de Carrie



— por si hiciera falta aclararlo, que descubrí hace poco estaba en un 4K hermoso por ahí, gentileza de la edición de Shout! Factory en los Estados Unidos el año pasado o por ahí.

N de R: la película, por cuestiones de facilidad, será llamada con su título original y no con el de estreno local que cito más arriba. Sí, es hermoso, pero bueh, es Carrie para todos nosotros.

El punto es que Carrie, que quizás será recordad por la mayoría como “la película de la sangre de chancho” es bastante más y mejor incluso a pesar de la sangre de chancho.

Quizás no haga falta mandarte a verla, supongo que la tendrás vista, pero si no corre a buscarla por ahí en la mejor calidad que te sirva y volvé que te vamos a estar esperando.

Dejo música de espera para amenizar las cosas.

Carrie fue la primera adaptación al cine que tuvo la literatura de Stephen King, que hasta el momento era un escritor relativamente ignoto.

Tanto era esto así, que en los títulos de la película aparecía como Steven King, mal escrito.

Basta con leer Mientras escribo para saber del empujón que resultó la adaptación tan temprana de su trabajo en el cine para todas (y caramba que fueros muchas) las que vinieron después.

Podríamos decir que King sin la versión cinematográfica de Carrie no hubiera arrancado tan rápido. Hubiera llegado al mismo lugar, eso nadie lo duda, esta no es una duda de “Lutteral o Tinelli” o pero sí hubiera sido menos meteórico su ascenso.

Las ventas de Carrie el libro motivadas por Carrie la película hicieron que el público encontrara otra cosa cuando se puso a leer.

Porque el libro y la película son dos animales bien distintos.

Sí, obvio que “pasa lo mismo” o casi, pero las formas de narrarlo distan considerablemente.

King siempre consideró que Carrie “necesitaba engorde”: la sentía como un cuento largo, y le agregó “testimonios reales” que hablaban de los hechos después de ocurridos, como lo que pasa en esas películas de interrogatorios o confesiones.

En el momento de ser adaptada al cine por Lawrence D. Cohen, que hasta ahí solo había escrito el documental Italianamerican (1974) de Martin Scorsese entrevistando a sus padres y de haber colaborado con el tano (?) en Alice ya no vive aquí (Alice Doesn’t Live Here Anymore) ese mismo año, no tenía muchas cucardas en su haber.

De hecho, tampoco tuvo muchas después, pero sí se mantuvo en la senda de King, adaptando, ya para televisión, It y Los Tommyknockers a principios de los años noventa.

Lo cierto es que el trabajo de Cohen, que se llamó en algunos créditos Larry Cohen y, supongo, no habrá querido que se lo confunda con ese genio de los guiones que tiene el mismo nombre, hace muy importante en la adaptación cinematográfica de Carrie: se concentra en los personajes y se olvida de “la vida real” que King había agregado a la novela.

Y eso, a su modo, es lo que la hace crecer, convertirse en esa bestia imposible de domar que, a los ojos más críticos puede parecer totalmente over the top pero que nos hace hablar y hablar, incluso casi cincuenta años después.

Porque Carrie, como te dije hace un ratito, es “la película de la sangre de chancho” y es mucho más que eso.

No es ningún misterio que De Palma “toma elementos” del cine de Hitchcock y se ha talado buena parte de Amazonas para imprimir las coincidencias que esta película tiene con, quizás, la más famosa del inglés.

Sí, hablo de Psicosis (Psycho, 1960), claro.

Y en general los paralelos son medio berretas, como son casi todas las teorías que a alguien se le ocurrieron y otros repiten como loros, como que hay una madre sobreprotectora, alguien que por eso hace lo que hace y andá a saber cuántas pavadas más.
Esas teorías existen porque De Palma permitió que sucedieran cuando rebautizó a la escuela a la que va la protagonista como Bates High School.

Lo cual nos lleva a preguntarnos: ¿si Da Palma es el primero que hace el chiste, vale la teoría falopa o ya está todo claro?

Dejame acá abajo (?) qué edad tenías cuando te enteraste que la inmensa mayoría de las teorías de cine no resisten el menor análisis.

De hecho, comprar a Carrie con Norman Bates no tiene lógica siquiera: Bates es un asesino serial metódico y calculador, Carrie sería “una chica normal” si no moviera cosas con la mente. Como la novela y la película, dos animales muy distintos.

Sí es cierto que la banda sonora de Pino Donaggio ayudó mucho a cementar esa teoría, pero hay una razón de peso. Se había usando de temp track—

Se considera temp track música preexistente que se usa durante el montaje para dar “idea”, “ritmo” y demás hasta que la banda sonora está compuesta.

— la banda sonora de Bernard Herrmann para Psicosis y Donaggio, que siguió trabajando con De Palma en Vestida para matar (Dressed to Kill, 1980), El sonido de la muerte (Blow Out, 1981) y Doble de cuerpo (Body Double, 1984), además de componer la inolvidable música de Trampa para turistas (Tourist Trap, 1979) de David Schmoeller, pero eso capaz que es más fetiche mío. Volviendo—

—quizás “homenajeó” más a Herrmann que lo que De Palma homenajeó a Hitchcock, pero cómo vas a parar una fake news, ¿no?

Se suele decir que el cine de De Palma, y especialmente Carrie es misógina, como el cine del inglés lo era, con los ojos de hoy, por supuesto, esto ya lo discutimos, no creo que haya que discutirlo de nuevo.

Pero si nos ponemos a ver Carrie y le corremos un test de Bechdel quizás nos de mejor que muchas películas de directoras mujeres: no hay personajes masculinos de importancia como sí hay femeninos por todos lados.

Una vez más: dejame acá abajo qué edad tenías cuando te enteraste que la inmensa mayoría de las teorías de cine no resisten el menor análisis.

De hecho, lo que De Palma hace con la secuencia inicial de Carrie es bastante increíble: a tono con el cine más sexploitation de la época, empieza la película con una serie de chicas jóvenes duchándose. algo que en el territorio Taxi Driver (ya que estamos con los italoamericanos) podría iniciar una discusión de “¿Qué es es esta película que me trajiste a ver?” de parte de Betsy, en poco tiempo se convierte en “Algo que vienen a ver muchas parejas” de Travis, cuando aparece la sangre.

La sangre de Carrie, la del chancho y demás es, quizás, lo más interesante cuando se revé la película: no es ningún misterio que De Palma hace de ciertos colores un leit motif en su obra. En Carrie el rojo es absolutamente ubicuo y narrativo.

“Después que Argento” dirán lxs más atravesados, pero lxs que no queremos hacer enojar a lxs fans de “el otro tano” diremos “Casi al mismo tiempo si ponemos en consideración Suspìria

Pero de vuelta, la culpa no es de la sangre del chancho sino de cómo esta película nos da de comer su historia.
“Impresionante”

Gracias, sabía que lo ibas a apreciar. Porque, es justamente, la secuencia que todxs más recordábamos (y recordamos, nidea) la que es la más floja de la película. Sí, hay un climax que hace cerrar la historia de los fluidos corporales, muy a tono con la época de los vómitos de Regan en El exorcista (The Exorcist, 1973) de Friedkin de poco tiempo antes, pero quizás acá es cuando De Palma comete su mayor error—

Estamos jugando, qué mierda le vamos a decir a De Palma “mal ahí”, más vale.

— y es cuando hace presente al cine y su técnica partiendo la pantalla al medio. No te pedimos tanto, Brian. Todo eso que se había organizado (en el sentido de “orgánico” y no de “organización”, espero se entienda) sacando lo “testimonial” de la novela se hace presente en esta secuencia.

Ahí está el cine, su artificio y todo, presente en una pantalla de no sé cuántos metros de alto. Y acá es cuando los que queríamos hacer picar a sus fans lo tratábamos de “socialero” en una época donde los efectos de edición de video se le parecían bastante.

Lo importante de Carrie, y quizás esto sea lo crucial, no es la sangre del chancho sino cómo llegamos a ella. Construyendo una historia de una horror sobre el bullying del que es víctima la protagonista y llegando a una venganza ¿no del todo buscada?

Porque acá la película también se distancia de la novela, donde el deseo de dañar y vengarse de Carrie está más presente.

Parece mentira que una película de “bulleados buscando venganza” tenga cincuenta años. No aprendemos nada de las películas, o no las tenemos en cuenta cuando vamos a votar.

Estaba ahí para hacerla, dejámela pasar.

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