Advertencia: quizás, si estás esperando el balance del año de Hoy Trasnoche —que, si todo sale bien, te debería llegar mañana— este envío te resulte un spoiler de uno de los lados. Si no sabés que es Hoy Trasnoche, seguí leyendo.
Si sí, no le leas y esperá a mañana, pero solo si sos de aquellxs a lxs que los opilers le importan realmente.
Atte, la gerencia.
Dicho esto—
Es cada vez más difícil hacer un balance del año, porque lo que antes eran pilas y papeles y días de indecisión sobre lo que debería entrar o no y coso, en los últimos cuatro o cinco años se ha convertido en un “¿tendré diez?”
Obvio que siempre hay diez, pero quedan bastante claras cuando las vemos durante el año y el resto de lo que consumimos audiovisualmente se va en un largo blur, que cada día que pasa se reemplaza más por películas de otros años que cualquier otra cosa.
¿Estoy diciendo que el cine ha muerto? No, por supuesto que no. Estoy diciendo que en años anteriores era más difícil elegir las “ganadoras” del año porque eran más las “buenas”
Si tuviéramos que hacer un análisis de lo que fue el año, se podría titular simplemente como “el año donde los streamings finalmente pisaron el palito”
Un momento que, si habías tenido cerca —no te digo leído— una historia del cine, ya sabías que venía ni bien entró el primer artículo que hablaba de este nuevo Renacimiento y metía el “la época de oro de…”
En fin. Sin más opiniones sesudas, sigamos adelante.
Empecemos sacándonos las menciones de honor (?) del medio, que sirven también como un desacelerador —y acelerador, en caso de que veas la película que pensabas que entraba afuera— de ansiedades.
Las que “muy rico todo, pero no al top ten” de este año son: Emily the Criminal (2022) de John Patton Ford, ¡Nop! (Nope, 2022) de Jordan Peele, The Scary of Sixty-First (2021) de Dasha Nekrasova, Red Rocket (2021) de Sean Baker y Kimi (2022) de Steven Soderbergh.
¿Esto quiere decir que son malísimas? Primero: no. Segundo: no hay películas malas. Tercero: No, ni en pedo, pero no entraron al top ten.
Una más para lxs que le andan buscando el pelo al huevo: sí, hay películas 2021 y 2022, porque son “vistas durante el año” y muchas veces los tiempos de estreno —en una lista donde cada vez menos pasan por sala o lo hacen tardísimo— y ventanas de streaming y la esquina de Incas y Torrent y coso medio que los años se nublan.
Dicho todo esto, vamos con el plato principal:
10. The Sadness (Ku bei, 2021) de Rob Jabbaz
The Sadness llegó a mí de la peor manera, que ya conté miles de veces que es “por recomendación”. Primero fue un mensaje, después otro, después otro. En un momento en mi mundo es escuchaba más “tenés que ver The Sadness” que las posibilidades que tenía Argentina de ganar el mundial.
Y, contra todos los prejuicios, mirá dónde terminó. Y terminó acá porque es, ante todo, una deformidad tan corrida de eje que en un 2022 parece algo más cercano a un milagro.
Sí, está dirigida por un canadiense en Taiwán y no es precisamente el ejemplo del “cine oriental” por el que venimos bregando hace varios años, pero no deja de ser una extremidad que, si bien no está hecha solo “para impresionarte” como podría ser el cine de Tom Six o el de Damien Leone (?) logra hacerlo agregándole una capa de angustia pocas veces vista.
Se dice que cortaron “la secuencia de la sala de operaciones”. Si andás con el estómago fuerte, andá a leer qué habían hecho.
De nada.
9. Pleasure (2021) de Ninja Thyberg
Primera película, después de un montón de cortos de Thyberg, que parece ser “la carne y las papas” de las películas de las que solemos hablar en este podcast, que resultó ser una de esas que nos hacen pensar “qué suerte que nos tiramos a la pileta”
Porque con Pleasure había un riesgo grande, que era el de la fábula moral full full, algo a lo que apunta, pero afortunadamente no termina disparando.
Porque Pleasure no es lo que pensamos en ningún momento, o sí: porque hace eso que quiso hacer miserablemente Hermosa venganza (Promising Young Woman, 2020) de Emerald Fennell, pero decide poner el volumen en once todo el tiempo.
Una recorrida cero feliz de una chica aspirante a pegarla en el mundo del porno con secuencias que están más cerca de La violencia está entre nosotros (Deliverance, 1972) de John Boorman que de estas fábulas “preocupadas” y edulcoradas que salen como yuyos entre las baldosas en el último tiempo.
Una directora más para esperar la segunda película, quizás el mayor terror que tenemos en este mismo podcast también.
A cruzar los dedos.
8. El sistema K.E.OP/S (2022) de Nicolás Goldbart
Sí, bueno, para qué mentirte, es una película dirigida por un amigo. Un amigo que, además, filma como la concha de la lora. ¿Qué tengo que hacer? ¿Bajarme del jurado? ¿En serio? ¿Hablando de películas? ¡Por favor!
El sistema K.E.OP/S es la segunda (y en mi opinión demoradísima) película de Nicolás Goldbart que hace una (casi eterna) punta de años nos dio Fase 7 (2010) y sigue tratando de hacer ese cine extraño que podría considerarse una mezcla entre Romero, Carpenter y un poco (en este caso mucha más) comedia física de los años ochenta.
Hay en la dupla protagónica (Daniel Hendler y Alan Sabbagh) una búsqueda de Terence Hill y Bud Spencer, Asterix y Obelix metidos en una “película de tortazos” sangrienta y extrema.
Una comedia de “todo en una noche” por las galerías de Cabildo, con música de Bandera de Niebla y varias delicias más que nos hacen pensar en qué lindo que es este cine argentino y que por favor haya más.
¿Es tanto pedir? Eso y una Cinemateca.
7. As bestas (2022) de Rodrigo Sorogoyen
Cuarta película del español Sorogoyen, después de Que Dios nos perdone (2016), El reino (2018), Madre (2020) y de haber sido abducido por las series de algoritmo.
Y se ve que tenía ganas de filmar algo un poquito más oscuro, porque mamadera.
As bestas no tiene, digamos todo, una premisa muy original. Un matrimonio francés se muda a la campiña gallega y se encuentra con varios lugareños que quizás no ven con tan buenos ojos sus “modos de ciudad”
A la vez, As bestas es un relato tenso, por momento algo quieto —para lxs que buscan estímulos constantes, bueno, quizás demasiado— que nos recuerda a esas películas donde “el medio del campo quizás no sea el lugar más pacífico del mundo”
Hola, Perros de paja (Straw Dogs, 1971) de Sam Peckinpah, te estoy hablando a vos.
6. Hellbender (2021) de John Adams, Zelda Adams y Toby Poser
Una familia (madre, padre, hija) que hacen películas de terror. Y que se llaman Addams. La familia Addams. Lo escribís y te lo bochan por poco verosímil.
Una de brujería moderna que nada, pero nada tiene que ver con Jóvenes brujas (The Craft, 1996), no porque parecerse a esa épica noventera esté necesariamente mal, sino porque la forma de Hellbender es otra y es la de un animal extraño.
Da la sensación de que no existe una enorme distancia entre los personajes que los directores / actores personifican y lo que los Addams son en la vida real.
Obvio que no estoy especulando sobre si practican brujería o no, estoy hablando de que se manejan de una manera tan verosímil que hace que por momentos Hellbender parezca un documental.
Uno que quizás no sea para los que no entendieron La bruja (The VVitch, 2015) de Robert Eggers pero sí para todos nosotros, los otros.
5. Huesera (2022) de Michelle Garza Cervera
Sí, mucho hemos berreado en contra del extraño boom de “horror de puerperio” u “horror del embarazo” que tanto daño le ha hecho al género en los últimos dos o tres años, porque, seamos sinceros pocas son, justamente, El bebé de Rosemary (Rosemary’s Baby, 1968) de Roman Polanski.
Huesera, por su lado, hace todo bien y eso hace que un subgénero casi desdeñable se convierta en una menos mala noticia porque “bueno, por lo menos de ahí salió esto también”
En ese carácter de excepción a la regla es que llega la primera película de la mexicana Michelle Garza Cervera, que se pudo ver en Mar del Plata y el Rojo Sangre de este año, después de un recorrido muy auspicioso por festivales de género y no tanto.
Lo que tenemos acá es una película que puede, justamente, entrar en cualquiera de las dos categorías que se va lentamente convirtiendo una suerte de relato de ¿body horror?
Si bien es medio tramposo ponerla acá porque, hasta donde sé, no se puede ver en ningún lado ya ya ya, vaya esta advertencia para que te pongas un Calendar o lo que sea que uses para que te avise, nidea.
4. Bárbaro (Barbarian, 2022) de Zach Cregger
O “si el futuro del terror con más o menos un poco de prepuesto va a ser esto, re mil estoy”. O “la verdad que no lo tenía a Zach Cregger pero creeme que voy a andar atento”
No es un misterio que amo las películas de terror, incluso esas medio chotas que sabés lo que va a pasar. Son un ejercicio hermoso de expectativa y realidad.
Las que no lo son, en cambio, me pueden sorprender. No te digo “asustar” porque ese barco partió hacer rato, pero sí sorprender.
El caracter narrativo de Bárbaro, que la asemeja en su estructura a Psicosis (Psycho, 1960) de Hitchcock es quizás lo más interesante. Esa noción de “hasta acá es esto” “desde acá es esto otro” que Cregger se juega a hacer y no cae en en pozo de la vergüenza la hace un animal extraño, escaso y notable.
Porque, como dije dos o tres líneas más arriba, una que te sorprende, hoy por hoy, es plata en el banco.
3. Speak No evil (Gæsterne, 2022) de Christian Tafdrup
Una película que “me entró” por el afiche. Tengo la costumbre de no leer ni ver trailers ni nada y que las películas “me sorprendan” y chau y caramba que la película de Tafdrup hace todo eso.
Cuando pensás que es una vuelta al nordic horror a la Criatura de la noche: Vampiro (Låt den rätte komma in, 2008) de Tomas Alfredson (caramba que el título local spoileaba fuerte), Tafdrup hace todo lo que puede por iluminar con su linterna en esa dirección —y en muchas otras sin siquiera sugerir nada— y no termina entregando un montón de horror humano, sin una gota de elemento sobrenatural que te pega en la cara como brisa fresca de verano.
Bueno, capaz te la vendí muy positiva y en una de esas no la viste y la vas a ir a ver y te vas a encontrar con alto velorio.
Qué hermoso sería ¿no?
2. X (2022) y Pearl (2022) de Ti West
Hay una lógica de que estas dos compartan puesto porque: a) son del mismo año, b) son del mismo director, c) comparten parte del elenco, d) comparten historia, e) el newsletter es mío y las reglas las cumplo como quiero (?)
La vuelta a la dirección de películas de West, después de ese tiro en el pie que fue el western In a Valley of Violence (2016) —habría que volverla a ver, pero estuvo muy cerca de Frontera caníbal (Bone Tomahawk, 2015) de S. Craig Zahler— y de tanta televisión que ya perdí la cuenta no podría hebraístas sido más hermosa.
Con dos —de tres, se dice— partes de una secuela / precuela con personajes inventados de cero que no solo (en el caso de X) llega a reinventar las ya un poco rematadas reglas del slasher sino que además se anima a (en el caso de Pearl) bucear en la psicología de los personajes, algo que no suele ser tan común en las “películas de sustos”
Juntas, separadas, una atrás de la otra o cómo sea, difícilmente haya mejores películas en este 2022 que estas dos.
Bienvenido de vuelta Ti West, ponete cómodo.
1. Benedetta (2021) de Paul Verhoeven
Soy un señor mayor, que cumple con su palabra. En el balance del año pasado dije que Benedetta era “la mejor película de este año y del año que viene” y acá estoy, para cumplir la promesa.
Bueno, eso es todo por 2022. Espero que te haya sido leve.