Si sos de lxs que escuchan este podcast —que, por cierto, sale todos los viernes sin excepción— seguramente estarás al día de cómo percibimos la coyuntura.
Y si bien el tema que ocupa el envío de hoy —creo— que fue tocado, o lo será en el episodio de esta semana, dependiendo de cuándo leas esto, me pareció que era lo suficientemente Míralos Morir como para hablarlo y que estemos todos en la misma página.
No tengo muy claro qué tan concetadx estarás con el día a día de las noticias que tienen más que ver con el negocio del cine que con el cine en sí: esto es, esas noticias donde tal estudio hizo tal cosa o tomó tal decisión versus las noticias sobre esta o aquella película que salió o está por salir.
Si sos de lxs primerxs, ya debés estar al tanto del merger entre WarnerMedia y Discovery. Si no, bueno, este envío empieza con un poco de información.
La cosa es más o menos así:
En abril de este año Discovery / WarnerMedia decidió, después de que Discovery se hiciera cargo, que HBOMax como lo conocíamos no iba a existir en un año.
Que iban a abrir un nuevo streaming cuyo nombre ni precio no se saben hasta ahora que va a tener “contenidos de todos”, pero que va a estar focalizado en cosas “de alto impacto”
Porque David Zaslav —que viene del lado de Discovery, por si tenés ganas de adelantarte—, actual director del conglomerado, dijo que la fusión era “importante para para los accionistas, distribuidores, publicistas, socios creativos y consumidores de todo el mundo”
Pero quedate con accionistas, porque va a ser lo crucial, me imagino.
Si, quiero ver humanidad en decisiones corporativas. Soy un boludo.
Pero no es tanto eso como que quiero ver sentido común: si alguien vende películas, debería tener películas para vender. ¿Qué quiero decir con este concepto tan complejo? Muy simple: si los multipantallas, un mal del que advertimos oportunamente y nadie quiso escuchar, pudieran vender solo el pochoclo y no pasar la película lo harían. Esto moldeó la forma en la que que terminamos viendo películas y en las películas que se estrenan. Ocupan las salas las que tengan potencialmente la posibilidad de vender más pochoclos.
Algo similar pasó con los streamings, cuya propuesta de contenido original está más cerca —a esta altura— de la tele de aire que del cine que aprendimos a ver desde chicos.
Basta con ver los afiches de Pipa (2022) por la calle y ver que se vende como “Una película de Netflix“, sin nombrar a ninguno de los implicados realmente. Pero no me quiero distraer, volviendo al tema del merger—
Como resultado de todo este entuerto, que muchas veces tiene más aires de cuchillo de Hanlon que de decisiones serias de gente que sabe, pasaron un montón de cosas:
(El cuchillo de Hanlon, por si justo no estabas en la boludez de las leyes absurdas es una que dictamina que: “Nunca atribuyas a la malicia lo que puede ser explicado por la estupidez.”. En fin volviendo—)
Entre el montón de cosas que pasaron, quizás la más sonora —pero un poco más de esto en un instante— fue la cancelación —ay, lo que aman este término es una cosa tremenda— del estreno vía streaming de la película de Batgirl, dirigida por Adil & Bilall.
Sí, la película no iba a ir a parar a salas ni de casualidad, era un evento para el streaming y decidieron, después de gastarse unos ¡noventa millones! de dólares en ella, que no la iban a estrenar.
Sí, bueno, claro que esto seguramente genere que los fans de DC se pongan a pensar que hay un complot atrás como esos meses del Snyder Cut donde hubiésemos preferido que fueran terraplanistas así eran más razonables (?), pero dejemos de lado eso.
Okey, uno puede inferir que capaz, en una de esas, sin haberla visto, la película de Batgirl dirigida por los que hicieron Bad Boys 3 no estaba taaan buena, pero suena, de todas maneras, bastante ridículo que alguien no suba a un servidor algo porque cree que no está bien, máxime viniendo de los que le hicieron alto fan service a los rugbiers del párrafo anterior el año pasado.
Pero, y este es un envío lleno de ellos, el problema no es la cancelación de Batgirl, el problema es que eso, bueno “dio ideas.”
Esto que voy a contar puede sonar a un offtopic, pero cuando lo termine, vas a entender por qué lo cuento. Trabajé a lo largo de mi vida en arriba de una docena de radios, y me fui de ese medio que amo en el momento en que entendí que se había transformado en algo inviable. Inviable por las reglas del juego, más que nada, que incluían invariablemente una figura poética que di en llamar “perro que mató una gallina”
“Listo, lo perdimos, llamen a la prepaga que lo vayan a buscar”
“Perro que mató una gallina” no es un concepto mío ni por asomo, viene del campo —creo— cuando se habla del animal que un día saca su instinto y prueba sangre, cambiando para siempre.
¿Y qué tendrá que ver esto con la radio y con el cine, vos dirás? Bueno, ahí viene: el momento “perro que mató una gallina” en la radio —y me animaría a decir “en los medios de comunicación”, porque está bastante calcado en casi cualquier cosa de media que esté empezando a tambalear— es ese mes dónde los sueldos se atrasan tanto que en un momento no los pagan y los adeudan. Ahí, justamente ahí, es que el empresario “prueba sangre” y ve que “esto se puede hacer siempre.”
No hay que ser becario del CONICET, basta con hacer una breve encuesta de opinión a cualquiera que haya pasado por algún medio y te va a decir que ese momento es inolvidable.
Ahora ¿qué tiene que ver el culo con la témpera? Bueno, ahí estamos yendo. Que lo que pasó con posterioridad al merger entre WarnerMedia y Discovery es calcado lo que pasó cada vez que un cuatro de copas decidió atrasar los cheques de una radio que se estaba viniendo abajo. Vieron que “eso se podía hacer.”
¿Y por qué traigo esto acá? Porque no es la primera vez que pasa. Porque los streamings, muy a pesar de lo que nos quieran hacer creer, no estarían en su mejor momento.
Sí, tuvieron un momento en exceso espectacular durante las pandemics, que solo se podría comparar con Krusty transmitiendo desde el desierto pero, se ve que se engolosinaron y entendieron a la excepción como regla.
Trabajé veinte años en la tele y—
“Uh, ahora sigue con la biografía”
— te juro que es muy difícil hacerle entender a alguien que lo que está haciendo es una poronga si está midiendo bien. Algo muy parecido pasó con los streaming durante y post pandemia. La plata boba.
Pasó con Netflix, que ahora le anda pidiendo a todos los que debería haber pedido al principio y ves influencers casi casi descendiendo de Sierra Maestra haciendo la causa de los doscientos pesos de más la revolución que está para hacerse, y ves un extraño silencio, salvo en honrosas excepciones, cuando todo esto otro está pasando.
Porque lo que está pasando no es —o sí, bueno, es, pero solo una parte— que Batgirl no la vamos a ver nunca, ni que no se sabe muy bien cómo se va a llamar el streaming nuevo este que todavía no se lanzó.
El problema es “perro que mató una gallina”
Porque Batgirl no fue la única, hay cerca de media docena de películas —que no termina de quedar muy claro en qué estado de completitud estaban— que se dieron de baja y, quizás la parte más grave, las misteriosas “bajas” de material —y acá de nuevo con términos que les encanta usar— problemáticos del streaming ahora mismo.
Como es el caso de Entre hombres (2021) de Pablo Fendrik, que escribió en instagram el otro día que:
“Hace unas semanas nos enteramos que HBOmax había retirado ENTRE HOMBRES de su plataforma, a menos de un año de su estreno. Según su propia explicación, la medida tuvo que ver con que “en preparación para la integración de la programación entre HBO Max y Discovery en una sola plataforma, se evaluó la oferta de contenido y ese proceso incluyó la eliminación de algunos títulos, entre los que se encontraba Entre Hombres”.
Más allá de lo genérico e impersonal del lenguaje corporativo, no pude evitar sentir que hubo también cierto sesgo editorial en la decisión. Teniendo en cuenta el perfil actual de Discovery (mayormente realities) se entiende que un contenido incómodo y arriesgado como Entre Hombres esté a la cabeza de la lista a la hora de alivianar su catálogo.
Así que ahora que ya no forma parte de su oferta, les recomiendo a aquellos que la tengan en “lista de pendientes”, que se apuren a verla en Stremio o de cualquier otra forma que les quede a mano. Y lo recomiendo abiertamente porque me da mucha pena que el trabajo abnegado y virtuoso de muchísima gente talentosa desaparezca por una fría decisión corporativa. Entre Hombres se desarrolló, se produjo, se filmó y se post produjo con infinito cuidado y, hasta les diría, AMOR por el audiovisual. Me he visto conmovido en incontables oportunidades por las diarias muestras de compromiso y orgullo que expresaban tanto actores, actrices, técnicos y productores (los originales, a quienes les estaré infinitamente agradecido por la libertad con la pude trabajar) a la hora de enfrentar los múltiples desafíos que se presentaron a lo largo de todo el proceso. Y no creo que a ninguno de ellos le resulte indiferente que Entre Hombres, de pronto, no se pueda ver más. Así que, amigos, a compartir cualquier dato que le permita a quienes todavía tengan avidez de verla, para que puedan conocer esa historia, esos personajes y el trabajo increíble de aquellos que dejaron todo para que sea una serie extraordinaria.”
Sí, es hermoso que nos mande a Stremio. Sí, está claro para qué lado quiere llevar Discovery este merger. No, no es un tema de branding solamente.
Y acá, justamente acá, es donde llega el mayor de los problemas, que no es una serie de HBO que era medio border —y muy buena, por cierto— o una película de la batichica que alguno se quejará en un video de YouTube con una miniatura con letras grandes, el mayor de los problemas es qué va a pasar con el catálogo de Warner.
Cuando salió HBOMax, fuera de los chistes que hicimos sobre el naming, automáticamente se convirtió en el default para contestar la pregunta de “Si sos cinéfilo y tenés que tener un solo streaming…”, muy a pesar de que faltaban un montón de cosas y que se podían mejorar muchas otras, la base estaba.
Si con esta impunidad sacan una serie con la que seguramente un equipo de asesores legales tuvo un par de peros, imaginate lo que puede pasar con las películas del New Hollywood del catálogo de Warner.
No quiero hacer futurología, pero Idiocracy (2006) pasaba en 2505 y creo que ya, en 2022 se está empezando a quedar corta.
Si tenés una causa para seguir, que no sea la boludez de los doscientos pesos de Netflix, que sea dar de baja HBOMax y bajarte todo su contenido. En una de esas, todos esos accionistas ven con mejores ojos la boludez de darle películas a lxs que quieren verlas.